sábado, 4 de octubre de 2008

AQUÍ OS DEJO ESTO.

El sol entraba a través de una ranura de las cortinillas. Era una mañana preciosa, pensó. De manera casual, como suelen ocurrir todos los acontecimientos importantes de la vida, había llegado a sus oídos la noticia de un posible trabajo en las afueras de la ciudad. No es que necesitara ese trabajo, lo que sí necesitaba urgentemente era un cambio, un estímulo, una razón que le hiciera pensar que esta vida, que nunca había sentido útil, servía para algo. Por supuesto, todo esto eran especulaciones ya que nadie puede saber qué ocurrirá tras la toma de una decisión, sobre todo tras una decisión que puede cambiar tu estable mundo. Realmente era un gran cambio pero la decisión ya estaba tomada y no había vuelta atrás, le habían elegido para el trabajo y, de hecho ya iba de camino a su nuevo hogar. Por el camino miles de pensamientos bullían en su cabeza: “has hecho bien, todo irá mejor a partir de ahora”. Pero, al mismo tiempo oía voces que le decían: “ojalá no te arrepientas de esta decisión, sería frustrante tener que volver”. No. No pienso volver a la vida de antes. Eso acabó para mí. Por muy mal que resulte esta experiencia, me servirá, aprenderé, me valdré por mí y no volveré a necesitar a nadie. Necesitar a nadie, que extrañas resultaban esas palabras en su mente; jamás había necesitado a nadie en su vida. Siempre se había visto como una persona autosuficiente sin necesidad de la ayuda de nadie para desenvolverse en el mundo sin problemas; pero una vez sí necesitó a alguien. A veces la vida resulta tan injusta, cuando por fin encuentras a alguien que crees que puede hacer que tu coraza se derrumbe, que tu corazón se plantee la posibilidad de amar con todas sus fuerzas, entonces todo eso se desvanece y sólo te queda la duda de saber si lo ocurrido fue real o por un breve periodo de tiempo viviste un sueño.
Las hojas de los sauces oscilaban suavemente ante la atenta mirada de los pájaros que, apoyados en sus ramas, buscan refugio del sofocante calor típico de la temporada estival. No sabía cuándo llegaría a su nueva vida. Jamás había cruzado las lindes del pueblo y mucho menos se había introducido en el bosque, aunque la verdad es que no entendía por qué. Era un lugar sorprendente, totalmente distinto a lo que hasta el momento habían percibido sus enormes ojos color miel.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto es también del concurso ese de adivinar el autor? porque esta no me la se.
--------------- david --------------

Anónimo dijo...

Puede que sea otro concurso para adivinar el autor. No te suena de nada?? Aparte de eso, te gusta???
----maribel----

Anónimo dijo...

Me gustaría saber quién es el autor/ra de este libro. Dice cosas interesantes que me hacen sentir indenticada y me gustaría saber cómo termina. Estoy intrigada.
MC